Puertas batientes. Son las puertas más habituales. Giran sobre un eje, como una puerta normal. Las hojas se abren, por lo general, hacia el interior de la vivienda y necesitan un espacio interior específico.
• Puertas correderas. Son perfectas para esos espacios más pequeños en los que una puerta batiente no tendría espacio suficiente para abrir. Es un tipo de puerta que se abre de manera horizontal con un movimiento de deslizamiento sobre un espacio predeterminado, paralelo al lugar en el que se encuentra.
• Puertas plegables. Son una idea excelente para ahorrar espacio. Además, ayudan a dar una mayor visibilidad entre diferentes espacios. Una opción perfecta para separar, por ejemplo, un salón de un comedor.
• Puertas pivotantes. Esta es una de las alternativas más modernas. Este tipo de puertas pivota sobre un eje vertical. Aportan limpieza visual además de poder integrarse con la pared en apariencia y color.
• Puertas integradas. Esta queda alineada con la pared o el muro donde quede colocada, por lo que aporta una sensación de continuidad. Un ejemplo son las New Space Raso Muro de Dierre.
• Puertas de paso con marco oculto. Son puertas más sofisticadas, como las Filum de Dierre. Pensadas para crear espacios sencillos y elegantes. Un único sistema para tabiques de ladrillo y de placas de yeso laminado.
• Puerta de Seguridad para dormitorio. Es un tipo de puerta creada por Dierre, pensada para los robos. Conjuga las prestaciones de una puerta de seguridad con el estilo y la discreción de una puerta de interior.